Porque está creado desde lo que los niños realmente necesitan hoy: menos sobreestimulación y más claridad.

Vivimos rodeados de ruido y prisas, y muchos horarios acaban siendo tan complejos que generan más estrés que ayuda.

El Horario Imantado es sencillo, visual y limpio. Ofrece la cantidad justa de actividades para dar estructura sin saturar, reduciendo la ansiedad en peques y adultos.

Se pega en cualquier superficie imantada, se mueve con facilidad y los niños pueden usarlo solos desde muy pequeños.

Esa autonomía diaria —ese “yo puedo solo”— fortalece su autoestima y evita muchas batallas cotidianas.

Y si en vuestra familia hay rutinas distintas, no pasa nada: incluye pictogramas en blanco para personalizarlo.

En resumen: menos caos, más orden y más conexión. Una herramienta simple, pero muy poderosa.

El Horario Imantado suele funcionar muy bien desde los 2,5 años, cuando los peques ya entienden rutinas visuales, hasta los 10 años, que es cuando normalmente ya han interiorizado la mayoría de las rutinas diarias y no necesitan tanto apoyo visual.

De 2,5 a 4 años. Lo viven como un juego visual que les da seguridad y les ayuda a comprender lo que toca hacer sin necesidad de leer y convierte las rutinas en algo divertido en lugar de una lucha.

De 5 a 7 años. Se convierte en una guía clara y estructurada para colaborar. Disminuyen las discusiones, ganan autonomía y empiezan a sentirse responsables de sus rutinas.

De 8 a 10 años. Funciona como un recordatorio visual y práctico. Les ayuda a mantener el orden sin depender tanto de los adultos, especialmente en momentos de cambio como la vuelta al cole o nuevas actividades.

Sí. El Horario Imantado es una herramienta visual muy útil para niños con TDAH porque les ofrece estructura, claridad y previsibilidad. Les ayuda a anticipar lo que viene después, organizar su tiempo y mantener la concentración sin depender tanto de recordatorios verbales. Además, marcar cada tarea completada refuerza su motivación y sensación de logro.

También resulta muy beneficioso para niños dentro del espectro autista, ya que reduce la ansiedad ante los cambios, facilita la comunicación y les brinda seguridad al poder “ver” su rutina representada. Su diseño claro y visual les permite comprender mejor el orden de las actividades y ganar autonomía en el día a día.

¡Sí! El horario incluye 3 imanes en blanco para que podáis dibujar o escribir vuestras propias actividades. Además, hemos incluido 27 imanes ilustrados con actividades muy comunes, pero cada familia es única, así que puedes adaptar el horario a lo que más os funcione: siesta, paseo, videollamada con los abuelos, etc.

Colócalo a la altura del niño, en un lugar visible: la puerta del frigorífico, una pizarra metálica en la entrada o en su habitación. Al empezar el día, podéis mirar juntos qué viene hoy. Y si tu peque ya tiene más de 3 años, invítale a mover él los imanes o a decidir el orden de algunas actividades (como elegir si va primero a vestirse o a desayunar). Eso le da autonomía y motivación.

¡Nada grave! Los horarios también enseñan que la vida tiene estructura pero no rigidez. Puedes decir cosas como: “Hoy tenemos una visita sorpresa, así que haremos una parte del horario y el resto lo dejamos para mañana.” Esto les ayuda a entender que los planes pueden cambiar sin que sea un caos. Adaptabilidad y flexibilidad también se aprenden.